lunes, 20 de noviembre de 2017

La Salobreña nazarí en las III Jornadas de Estudios Andalusíes

Tras un largo periodo de ausencia en las redes, volvemos con una nueva entrega en nuestro Blog. En este caso lo hacemos con motivo de nuestra participación en las III Jornadas Interdisciplinares de Estudios Andalusíes que la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla viene organizando en los últimos años.

La entrada que os presentamos representa la Crónica de dichas Jornadas, elaborada por nuestra amiga y compañera en esta aventura de los blogs de temática patrimonial y andalusí Elisa Simón Zamora, toda una experta y conocedora del mundo andalusí y sefardí que en la actualidad ejerce de Guía Oficial de Turismo en la provincia de Sevilla, especializada en visitas culturales de temática andalusí y sefardí.

Además dirige el blog titulado “De al-Andalus a Sefarad” (http://dealandalusasefarad.blogspot.com.es/), el cual os recomendamos lo sigáis ya que a través de él difunde de manera amena, divulgativa y rigurosa la Historia y Cultura de al-Andalus y Sefarad, bien complementados con buenos reportajes fotográficos y audiovisuales de creación propia y muy didácticos y preciosistas.

Así pues, gracias Elisa por tu colaboración y amabilidad.


III JORNADAS INTERDISCIPLINARES  DE ESTUDIOS ANDALUSÍES. 

"Paisaje rural, fortificaciones y defensas en al-Andalus" 

Por Elisa Simon 


Desde hace tres años los profesores de la Facultad de Filología de la Universidad de Sevilla María Mercedes Delgado Pérez y Luis-Gethsemaní Pérez Aguilar organizan,  como directores científicos, las Jornadas Interdisciplinares de Estudios Andalusíes con la intención de ofrecer los últimos avances y noticias a nivel científico y profesional de los trabajos e investigaciones que se realizan en la Península Ibérica sobre al-Andalus. En esta ocasión el título de las Jornadas giraba en torno al "Paisaje rural, fortificaciones y defensas en al-Andalus".


A las 4 de la tarde del 6 de Noviembre, en el Aula Magna de la Facultad, se iniciaron las Jornadas con la conferencia de mi querido amigo José María García-Consuegra Flores, historiador y arqueólogo quien nos mostró "Salobreña, madina y solaz de reyes nazaríes". 
De forma amena y entretenida José María realizó un recorrido histórico y paisajístico del valle del Bajo Guadalfeo, con las sierras que lo protegen, la costa del Mar de Alborán y su particular clima. Hizo hincapié en la importancia del río Guadalfeo y sus afluentes, el delta, el estuario y el puerto. De esta manera se fue acercando en el espacio y en el tiempo a madinat Salawbinya y su imponente fortaleza.

José María escribió su tesina titulada “El castillo de Salobreña en época medieval”, un estudio de la llamada Arqueología de la Arquitectura que representa el primer trabajo de carácter científico-arqueológico que se ha hecho en el castillo. Nos explicó que en su origen fue un hisn, es decir, una fortaleza construida en tiempos de la fitna en al-Andalus. Con imágenes nos enseñó el promontorio costero sobre el que fue edificado, a cuyos pies quedaba su área portuaria. Con el tiempo se fue consolidando un asentamiento, Salawbinya, quedando a la sombra de la vecina y poderosa Sexi fenicio-púnica y posterior al-Munakkab en época andalusí.

Salobreña cobró importancia y se desarrolló como medina fuertemente amurallada cuando los reyes nazaríes se establecieron en la fortaleza. Fueron ellos quienes convirtieron el hisn en un castillo-palacio con hermosas salas, qubbas, patios y un hammam, del cual se conserva la planta y el pavimento de azulejos de varios colores y muy buena calidad. Aquí disfrutaron del descanso en esta segunda residencia la familia real nazarí. El castillo sirvió también como prisión, siendo el más célebre Yusuf III, quien pasó once años de cautiverio antes de hacerse con el trono.

Hacia 1489 Salobreña cayó en manos de los Reyes Católicos y al año siguiente la población andalusí de Salawbinya fue obligada a abandonar su hogar. Estas familias se dispersaron por la vega y la sierra, quedando la medina en silencio mientras el bello solaz de los reyes nazaríes se transformó en un cuartel militar castellano. 


La siguiente ponencia fue muy interesante. Corrió a cargo de Eduardo Romero Bomba, investigador y arqueólogo el cual expuso una muy interesante ponencia sobre "los registros arqueológicos de época andalusí en Sierra Morena Occidental". Mostró en un mapa la parte occidental de Sierra Morena que abarca localidades de la actual provincia de Huelva, como Aracena, Aroche, Almonaster y Niebla con sus nombres árabes, indicando las Coras y Gharb al-Andalus (actual Portugal). Indicó igualmente los Aqalim, así como los husun de esta zona con sus nombres en árabe.

Estas fortalezas abundaban en esta zona debido a las constantes revueltas muladíes durante el Emirato. Romero Bomba realizó varias excavaciones en las que halló, por ejemplo, lápidas conmemorativas de la construcción de una mezquita o parte de la misma. Hacia el 2012 excavando en el castillo de Aracena encontró siete dinares de oro del reinado de al-Mu´tadid (rey de la taifa sevillana del siglo XI). Hablando de Almonaster la Real nos acercó a su hermosa mezquita califal, casi intacta. Seguimos hacia Aroche viendo su qasaba del siglo XII, la torre de las harinas de Zufre, el yacimiento de viviendas almohades en Aracena, sin olvidar Gharb al-Andalus mencionando Romero Bomba hermosas ciudades del Alentejo como Beja, Moura o Serpa, donde aún se pueden ver restos de la muralla almohade. Al concluir su intervención, mientras aplaudía ya estaba haciendo planes para volver a esa zona de Huelva y Portugal. 


Una breve pausa para un café nos recuperó el espíritu y pudimos seguir disfrutando de la segunda parte de estas jornadas. 

"La qarya andalusí de Sobuerva a través de las fuentes literarias, cartográficas y arqueológicas" fue el título de la conferencia de Álvaro Gómez Peña investigador de la Universidad de Sevilla. Expuso un trabajo en equipo muy concienzudo donde se investigó en fuentes árabes y cristianas para poder identificar la alquería de Sobuerva. Existe una epístola de la santidad de ibn ´Arabi, donde se cuenta que en dicha alquería vivía un sufí llamado shayj Abu l-Hayyay Yusuf al-Shbarbulí, al que iba a consultar el gran ibn ´Arabi. Al parecer era un maestro muy venerado al que la gente acudía en peregrinaje hasta su casa. Otras fuentes como la Taklima de ibn al-Abbar indica que la qarya era un asentamiento dependiente de hisn al-Faray. En cuanto al Libro del Repartimiento se menciona Soborbal, donde había una mezquita rural. 

Álvaro prosiguió su exposición basándose en el mapa de Ovando, del siglo XVII, donde aparece Soguerba, localizada en la actual Tomares. Otros investigadores la sitúan en Bormujos, si bien parece que podría también situarse en la actual zona de Ciudad Expo de Mairena del Aljarafe, donde fue hallada una necrópolis andalusí. Este inmenso trabajo fue publicado en la revista al-Qantara.


El último ponente procedía de Estepona. Sebastián Corzo Pérez, arqueólogo también, nos enseñó "las alquerías andalusíes en el contexto paisajístico de la provincia de Málaga". Permaneció de pie y sin micrófono exponiendo con el apoyo de un mapa las alquerías localizadas en Cora de Algeciras, donde han aparecido restos cerámicos y estructuras arqueológicas. En Gaucín adaptado a la sierra del Hacho se alza un hisn sobre tierra caliza y con poca agua. La captación de agua se hacía a través de embalses, pozos, albercas y balsas de agua que sirvieron para crear zonas de huerta en terrazas y la zona de secano se parceló con depósitos de agua. En la localidad de Casares había un recinto fortificado en cuyos alrededores había hasta cuatro molinos.

Sebastián localizó en un plano otras tantas alquerías como la de Arroyo Vaquero de época emiral, la de Hacha del Chaparro junto al río Genal, donde aparecieron restos de tejas, la alquería de Alameda, la de Huerta Padilla, siempre con la mismas características de infraestructura para suministro de agua con algún arroyo cerca. 

Estas Jornadas estuvieron más focalizadas en Arqueología explicada de forma amena, aunque sin eludir el perfil científico. Estuve muy cómoda, no sólo por la temática que me apasiona, sino porque me encontraba entre amigos. Mercedes, a la que me une una larga amistad, mi amigo José María, que vino desde Granada para mostrarnos su trabajo en el castillo de Salobreña, entre los asistentes había más gente conocida a la que me alegró mucho volver a ver. Así que, a pesar de los duros bancos de pupitre del Aula Magna, disfruté mucho rodeada de buena gente. 


NOTA: 

1.- Hisn se denomina a una fortaleza, siendo su plural Husun
2.- Fitna: nombre bajo el que se conoce el período de guerra civil en al-Andalus. Hubo dos “fitnas”: una en tiempos del Emirato cuando las revueltas mudéjares y otra desde la crisis del Califato hasta la creación de los reinos de taifas. 
3.- Iqlim singular y su plural es Aqalim, son los nombres de los Distritos en los que se dividían las Coras andalusíes. 
4.- Cora singular y su plural es Qura´t, se aplica a la división territorial de al-Andalus, cada Cora estaba subdividida en Aqalim


BIBLIOGRAFÍA:

- Revista al-Qantara XXXV 1, enero-junio 2014. Artículo del grupo de investigación "La qarya andalusí de Sobuerva a través de las fuentes literarias, cartográficas y arqueológicas". 

- Salobreña de sus orígenes a la Edad Media. Ayuntamiento de Salobreña, 2015. "Salobreña, madina y solaz de reyes nazaríes", José María García-Consuegra Flores. 




lunes, 1 de mayo de 2017

HAMID AL-SALAWBINI. "Retorno a la Madina de los dos mares".

AIRES DE FURIA Y MELANCOLÍA. CATARSIS EN LA CIUDAD DE LOS BULLICIOS Y LA ALAGADA SOMBRA DE LOS BANU NASR.

Siempre por encima de nuestras cabezas y bajo su atenta y constante vigilancia, se extendía majestuoso y prepotente el alcázar-alcazaba de los Banu Nasr, estirpe de los ancestrales alhamares, linaje bañado (salvo casos contados) por el parricidio, el incesto y la más soberbia degeneración. Se diría, rememorando la biografía y andanzas de los hasta la fecha veinticuatro Sultanes, que un soplo perverso de furia o de melancolía (según el caso) azotó esta Casa del emblema carmesí desde el principio de su existencia.
Vientos de furia, por otro lado, que asolan incesantemente en estos tiempos en los que se adivina el fin de nuestro mundo (y quién sabe si de nuestra existencia), más por implosión que por destrucción externa si siguen las luchas fratricidas entre nuestros gobernantes.

Es así que emulando un fastuoso cernícalo con sus alas desplegadas, la fortaleza y residencia real se exhibe sobre todo y sobre todos recordando su magnificencia, poder y protección, coronando de este modo la puerta de entrada marítima al reino que es nuestro ancestral puerto, el más cercano a la capital. Un peso abrumador que siempre me incomodó. Esa insoportable sensación de sentirse constantemente observado y controlado, de igual modo que me sucedió en mi estancia en Gharnata, donde al-Hamra lo domina y controla todo gracias a ese poder visual imponente de su estructura y arquitectura demoledora.

Si bien mi estancia en Gharnata fue fructífera, los primeros años fueron realmente terribles, acostumbrado como estaba a esos catárticos periodos de recogimiento y soledad que de forma tan sibilina me indujeron Sahib e Ibrahim en Salawbinya.
Acostumbrado como estaba a escoger y decidir el momento, lugar y duración de esas conversaciones y reflexiones conmigo mismo, me sentía angustiado en esa gran ciudad cuyas calles, plazas y ríos siempre estaban llenos de gente por todos lados que no paraban de ir de un lado a otro, ajetreados, sin mirar más allá de donde van a pisar sus pies, sin atender a nada ni a nadie, arrastrando hacia ese su abismo vital a niños y acémilas.

Pero sobre todo era la incesante y opresora sensación de constante vigilancia que ejercía la ciudad palatina de al-Hamra. Desde que amanecía en mi rabad al-Ajsarïs y allá donde iba, sentía esa sensación constante en la nuca. Me sentía preso, aunque con el tiempo logré sobrellevarlo.


Y es que, por otro lado, nunca entendí esas manifestaciones de poder y ostentación, especialmente por parte de los que se hacían llamar "Piadosos Príncipes de los Creyentes". Con el tiempo aprendí a desafiar a la gigantesca mole rojiza parándome a sus pies, mirándola fijamente y rememorando las palabras del célebre asceta al-Qunchi:

"Todos los momentos son fugaces, efímeros. Por desgracia no existe en nuestro tiempo ni un solo monarca que merezca considerarse Príncipe de los Creyentes.

Por muy maravillosas y bellas que sean sus edificaciones, el sultán se empeña en estampar su nombre y el de su familia por todas partes: arriba, abajo, a derecha, a izquierda, al norte, al sur. Es tedioso, molesto, atenta contra la pureza de espíritu, entorpece la contemplación. Quien libera el sentimiento, su poesía, en su largo camino hacia la luz, purifica su ser, lo pule, y es posible que se eleve hasta el saber. Mas quien graba poemas en las paredes de los reyes no busca más que la fama en este mundo, sea para él, para su señor, o para ambos a la vez". (1)


Volviendo a mi añorada Salawbinya, dicha desazón desaparecía en esas noches en las que, arropados por el desorden lunar, mi querido e inseparable Ruyyi y yo, unas veces recostados en la orilla de la playa del extremo occidental de la ensenada y lejos del área portuaria; otras encovachados en el islote de las muñecas, desafiábamos al símbolo de autoridad y de poder regio y le hablábamos a las estrellas, sobre cosas mundanas y terrenales las más de las veces, aunque también sobre aspectos más existenciales y espirituales que tan poco le gustaban a Ruyyi, pues decía que eso era pensar demasiado y que no había peor tortura que pensar.

¿Pero, no es pensando, cuestionando y analizando lo que nos lleva a comprendernos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea? Si nos comprendemos, podemos dirigir nuestro devenir, y con él esta sociedad que nos engulle y somete constantemente. No se trata, le disertaba yo a Ruyyi, de convivir y sobrellevar las circunstancias, sino de superarlas y crear oportunidades, apostando por reforzar y fomentar esos espacios y tiempos de soberanía personal que permitan expresarnos natural y espontáneamente como Personas únicas y particulares que somos. Una soberanía personal que nos permita Crear ya que, y volviendo al amado al-Qunchi, “quien crea se une al movimiento creativo del Universo y enriquece su Ser y la Existencia”.

Que nadie camine por tí!" le gritaba siempre que podía a Ruyyi para encresparlo, a lo que me respondía repitiendo los versos de cierto sufí que el Imam Sahid no paraba de recordarnos: "No verás en el necio punto medio, sino que o bien se excede o bien se pasa".

... tan lejos los recuerdos de días felices y extraños...


(1) Fragmento extraído de Un asceta en la Corte nazarí, de José Miguel Puerta Vílchez, Editorial Universidad de Granada, 2016.