jueves, 23 de julio de 2015

El Fuego como Catarsis. Hacer del Paisaje un recurso sostenible.

La presente publicación representa una pequeña reflexión sobre repensar nuestra relación con el Medio y nuestro Territorio, tan voraz, prepotente e irrespetuosa, especialmente desde la segunda mitad del pasado siglo XX. Corre a cargo de nuestro compañero José María García-Consuegra Flores, arqueólogo de profesión y responsable de Patrimonio en Podemos Motril, así como miembro del grupo de investigación SEL (Salobreña Estudios Locales), el cual viene realizando diversos trabajos sobre el patrimonio histórico, arqueológico y natural de nuestra región.
Se trata de un texto publicado el pasado 13 de julio de 2015 en el blog de la referida formación política, ligeramente ampliando para la ocasión. Sin duda, un texto que da qué pensar.
Gracias José María.


El pasado martes asistimos a la presentación de la nueva publicación de la Asociación Buxus, titulada "Las Sierras de Lújar y La Contraviesa. Una propuesta para el desarrollo sostenible". Con él, y durante el acto en sí, se pone de manifiesto, por enésima vez, la necesidad de conseguir para estas sierras la categoría de Parque Natural, atendiendo a los excepcionales valores de biodiversidad, históricos y etnológicos que atesora, así como las posibilidades que ofrecen esos mismos valores para un desarrollo socioeconómico sostenible de la región. Una vez finalizado el acto, y después de ojear un poco por encima la publicación, confirmé lo que venía teniendo cada vez más claro desde hace algún tiempo ya, y es que no sabemos (y por tanto, no valoramos) lo que tenemos a nuestra espalda en esta costa granadina. Entre otras cosas me llamó especialmente la atención la presencia de los alcornocales más meridionales de Europa, con alcornoques de hasta seiscientos años de edad.

“Las Sierras de Lújar y La Contraviesa. Una Propuesta para el desarrollo sostenible”.

Momento del acto de presentación “Las Sierras de Lújar y La Contraviesa.” (Foto: José María García-Consuegra Flores)

A la mañana siguiente recibía la noticia de que Sierra Lújar se quemaba, siendo uno de los focos principales, precisamente, esa masa de alcornocales tan excepcional. Me invadió una terrible pena de inmediato, como de buen seguro le pasó a muchísima gente. Más si cabe sabiendo, como quedó patente en el acto de la noche anterior, que la Asociación Buxus viene luchando por la protección de estas sierras desde hace bastante tiempo. Una ardua labor divulgativa, de cuidados, recuperación y preservación que, con hechos como éste, cae en saco roto. O no, porque precisamente ese empeño en dar a conocer y educar medio-ambientalmente a la sociedad a través de sus múltiples actividades, publicaciones y talleres, ha sido una semilla que poco a poco ha empezado a brotar. Y es que cada vez somos más las voces que claman porque Sierra Lújar sea Parque Natural ya.

Imágenes del frente en la Sierra del Jaral (Foto: El Faro de Motril).


Imagen de la devastación del fuego (Foto: Marga Noguera Frías)

Una vez realizadas las primeras valoraciones sobre el daño ecológico sufrido, la realidad es que la pérdida de ese histórico alcornocal es irreparable, así como la diversidad faunística y vegetal de la zona. Con todo, y como siempre acaba pasando, la Naturaleza acaba por abrirse camino, a menudo muy a pesar del Hombre.

Primeras valoraciones sobre el terreno de especialista (Foto: Asociación Buxus).


Efectos del fuego (Fotos: José Antonio Hódar Correa).

Llegados a este punto, la sociedad y las autoridades competentes deberíamos aprovechar y recapacitar sobre nuestra relación con el Medio, sobre cómo cuidamos, usamos y gestionamos el territorio en el que vivimos y los recursos que éste nos ofrece. Sin duda que hechos tan desastrosos como éste pueden ser incontrolables e imprevisibles, por mucha legislación y protección que exista, más si nos atenemos a la naturaleza humana. Pero, dejando al margen si estos actos son intencionados o no, hay que reconsiderar nuestra educación y actitud medioambiental, las políticas con respecto al territorio, la agresión al paisaje y al trato y cuidado de animales, etc.

Tenemos una oportunidad única y excepcional (a pesar del desastre) de iniciar una nueva etapa en la que TODOS (ciudadanía, asociaciones, entidades y autoridades), finalmente, podamos (debemos) trabajar de manera coordinada, sensata y eficaz, cada cual en su ámbito y posibilidades. Y el objetivo no es más que (ahí es nada), primeramente, intentar recuperar biológica, social y económicamente, la región. En segundo lugar, sentar las bases de un movimiento organizativo y asociativo, formado por expertos, gestores de lo público y ciudadanos, mediante el cual hacer frente a situaciones como la actual, con un desarrollo efectivo, preventivo y divulgativo hecho por y para los diferentes sectores de la sociedad.

En definitiva, hechos como este devastador incendio nos debe de servir como CATARSIS COLECTIVA, que nos haga ser conscientes de que TODOS Y CADA UNO DE NOSOTROS somos responsables del cuidado, protección, concienciación y prevención que individualmente ejercemos con respecto a nuestro Patrimonio y Territorio. Y el Medio Ambiente también lo es, y en gran medida, además. En esa responsabilidad, además, cabría incluir el deber de vigilar y exigir que las autoridades competentes realicen su trabajo, así como una mayor implicación y concienciación al respecto, en tanto que gestores del Bien Común. Es pieza clave el mantener una actitud de respeto y responsabilidad en nuestro uso y gestión del territorio y del Medio Ambiente, los cuales son parte importante de nuestro Patrimonio. Un Patrimonio, el natural, que bien gestionado mediante programas sostenibles, consensuados con profesionales de los diversos sectores, puede representar una importantísima fuente de riqueza y desarrollo para la zona, como demuestran múltiples ejemplos en esta materia en alza que es el llamado Ecoturismo.

Es en este sentido que, al amparo de las tan ambivalentes Redes Sociales, se ha originado una plataforma de cooperación y solidaridad (en la que ciudadanos y entidades, bajo el asesoramiento de especialistas en la materia (ecólogos, botánicos, profesores, bomberos, dinamizadores culturales, etc…), se han puesto manos a la obra para empezar a impulsar la recuperación ecológica, social y económicamente de la zona. Se trata del grupo Voluntarios por el Parque Natural de Sierra Lújar-Gualchos (https://www.facebook.com/reforestar.lujar?fref=ts), los cuales se unen a la labor que desde hace muchos años viene realizando la Asociación Buxus https://www.facebook.com/pages/Asociaci%C3%B3n-Buxus/250864951629833?fref=ts). Es así que, de manera conjunta y mediante Mesas Redondas y Plataformas Ciudadanas, se han empezado a establecer diversas líneas de actuación una vez evaluada la situación post-incendio, organizando eventos solidarios, programando actos de adecuación de terrenos o actuaciones benéficas.

Plataforma ciudadana Voluntarios por el Parque Natural de Sierra Lújar-Gualchos (Autor: Juan Luis López Anaya).


Finalmente, y al margen de las actuaciones que se organicen para la recuperación y reforestación de la zona, recordar que la mejor manera de apoyar y ayudar a la población afectada, es la de seguir yendo a la Sierra, a sus pueblos, a recorrer sus senderos y veredas, a tomarse unas cervezas y vinos del terreno en las tascas de Lújar, Rubite, Olías, etc. Y es que, si bien la Vida a veces es muy cabrona, la Naturaleza siempre será muy cabezona, tan sólo hay que intentar no entorpecerle el camino.


 José María García-Consuegra Flores
Arqueólogo y Responsable de Patrimonio en Podemos Motril.

(Agradezco la amabilidad y atención de José Antonio Hódar Correa, Asociación Buxus, El Faro de Motril y a Marga Noguera Frías por ceder y compartir sus conocimientos y su trabajo fotográfico. Además, me gustaría hacer una mención de reconocimiento a la labor ingrata (por dura, arriesgada y, en muchas ocasiones, poco valorada y desarrollada en condiciones extremas) que han realizado los contingentes del INFOCA, la UME y, muy especialmente, el cuerpo de Bomberos de Motril, el cual estuvo al pie del cañón desde primerísimo momento, acudiendo con celeridad y eficiencia a realizar las tan importantes primeras intervenciones de contención y control del fuego).

Delimitación de la zona afectada por el incendio (Autor: José Miguel, Asociación Buxus).