Para este mes de Abril, contamos de nuevo con la colaboración de otro buen amigo de fatigas, que tan amablemente nos ha concedido un rincón de su tiempo para participar del blog. En este caso de trata de Julio Miguel Román Punzón, Doctor en Historia por la Universidad de Granada, en la especialidad de Arqueología. Arqueólogo e Investigador del Grupo de
Investigación “Grupo Interdisciplinar de Ciencias y Humanidades” (HUM-143,
Junta de Andalucía).
Quisiera aportar un granito de arena a esta noble iniciativa de mi amigo Jose Mª García-Consuegra Flores, la de difundir y dar a conocer el rico patrimonio histórico y cultural de la región costera granadina del bajo Guadalfeo. Y lo haré, en este caso, con una breve reseña extraída de un artículo presentado para el Anuario Arqueológico de Andalucía allá por 2011 (y que a día de hoy sigue sin publicar, lamentablemente, por la desidia de nuestra Administración regional), acerca de un yacimiento de gran importancia histórica, me atrevería a decir, para la prehistoria peninsular, que se localiza en tierras de Molvízar.
A lo largo de su carrera profesional, centrada en la
Arqueología de Gestión, ha dirigido numerosas intervenciones arqueológicas, de
todo tipo, abarcando todos los periodos históricos, básicamente en Andalucía.
Asimismo, ha desarrollado una intensa labor investigadora, con una abundante
producción científica publicada en libros, revistas y reuniones especializadas
de ámbito nacional e internacional, destacando la de los periodos clásico y
tardoantiguo en Andalucía, en los cuales se ha especializado en los últimos años.
Es por ello que agradecemos el interés mostrado para con nosotros, así como su apoyo desde un principio en esta aventura, de la que ya forma parte activa él mismo.
Quisiera aportar un granito de arena a esta noble iniciativa de mi amigo Jose Mª García-Consuegra Flores, la de difundir y dar a conocer el rico patrimonio histórico y cultural de la región costera granadina del bajo Guadalfeo. Y lo haré, en este caso, con una breve reseña extraída de un artículo presentado para el Anuario Arqueológico de Andalucía allá por 2011 (y que a día de hoy sigue sin publicar, lamentablemente, por la desidia de nuestra Administración regional), acerca de un yacimiento de gran importancia histórica, me atrevería a decir, para la prehistoria peninsular, que se localiza en tierras de Molvízar.
En el marco de una Prospección
Arqueológica Superficial, derivada de un estudio de Impacto Arqueológico llevado
a cabo para prevenir, minimizar y corregir los posibles efectos que sobre el
patrimonio histórico, arqueológico y etnológico iba a producir un proyecto de
urbanización (finalmente no ejecutado) localizado en los términos municipales
de Salobreña y Molvízar (Granada), tuvimos ocasión de identificar un yacimiento
que, si bien ya era conocido a nivel local, no lo era para la Administración
regional, a pesar de su importancia histórica, no sólo para la comarca sino en
el contexto de la prehistoria andaluza y peninsular, como anteriormente hemos
indicado. Se trata del conjunto megalítico de La Loma del Cerrajón (Término Municipal de Molvízar).
Se localiza en las
estribaciones meridionales de la Sierra del Chaparral, en la cima conocida como
Loma del Cerrajón, en la ladera oeste del monte homónimo, entre las cotas 250 y
300 m.s.n.m .,
justamente en un área donde la ladera suaviza su pendiente antes de llegar al
barranco que se encuentra a sus pies. A pesar de ello, se trata, en general, de
un lugar con fuertes pendientes, lo que favorece la nula potencia estratigráfica
que se conserva en la ladera, aflorando la roca natural en la superficie en
gran parte de su extensión.
El complejo de la Loma del
Cerrajón es un yacimiento ciertamente sorprendente en esta zona peninsular y
que, de confirmarse su adscripción, constituiría un unicum en toda la región andaluza. Y esto es debido a que parece
tratarse de una agrupación de menhires, no podemos especificar si formando
hileras o círculos, de los cuales llegamos a contar hasta seis en posición
erguida. Además de estos, y en sus inmediaciones, aparecían otros posibles
monolitos, pero que se encontraban tumbados en el suelo y cubiertos de la
espesa cobertura de matorrales que inunda la ladera donde han sido
identificados, lo cual impidió comprobar si se trataba de simples rocas caídas
desde la cumbre del cerro o si eran también menhires volcados. Esa misma
espesura vegetal imposibilitó el hallazgo de otros materiales arqueológicos que
pudiesen estar acompañando a los posibles menhires, tales como elementos de
industria lítica o cerámica.
Asimismo, y junto a la
acumulación de monolitos, pudimos identificar una amplia abertura en el
terreno, a modo de gran zanja abierta en la roca natural de la ladera, de
considerable profundidad, que podría tratarse de la cantera de donde se
extrajeron las piedras. De igual modo, la abundante vegetación que la inundaba
impedía cualquier tipo de examen más exhaustivo.
En todo caso, creemos poder
asegurar que las evidencias halladas constituyen un complejo megalítico, sobre
la base de las siguientes evidencias:
- Posición erguida. Se trata de grandes monolitos de caliza, de en torno a 1,5 m de altura (si bien el mayor de ellos alcanza los 2,5 m de altura), que pesan varias toneladas, y que necesitan de la fuerza conjunta de muchos hombres para ser izadas. Por otro lado, la altura de dichos megalitos, bastante más grande proporcionalmente que su base, y la implacable ley de la gravedad, impiden que se trate de piedras caídas de la cima del cerro que han quedado en esta posición de manera azarosa. Y menos aún, si atendemos a la totalidad del conjunto observado.
- Orientación aproximada al Norte. La totalidad de los seis monolitos identificados presentan una orientación norteña, con pequeñas variaciones hacia el NE o el NW.
- Tratamiento externo. A pesar de que no se observaron restos de grabados, sí que parece evidente que han sido tallados para perfilar su forma alargada.
- Aparición de calzos. Algunos de los monolitos observados revelan el uso de otras piedras más pequeñas en la parte baja de los mismos, a modo de calzos, utilizadas para dar solidez al megalito.
Por todo ello, derivamos la
convicción de que efectivamente nos hallamos ante una serie de monumentos
pétreos izados de manera intencionada, fruto de un trabajo comunitario y
proyectado previamente, con una orientación aproximadamente concurrente, todo
lo cual coincide con los conocidos como Menhires, construcciones prehistóricas,
concretamente de las etapas neolítica y calcolítica, consistentes en monolitos
de forma alargada, que se situaban erguidos, y que presentaban diversas
funcionalidades (se han propuesto desde monumentos de culto al sol, hasta
tributo a divinidades diversas para conseguir fecundidad y fertilidad, o servir
de señalizaciones para lugares importantes o relacionados con la defensa del
territorio, entre otras).
Lo interesante de su aparición
en esta zona lo constituye el hecho de ser propios de la fachada atlántica
europea, habiéndose documentado muy escasos ejemplos de este tipo de
construcciones, hasta ahora, en toda Andalucía, mucho menos, agrupados, como es
el caso que nos ocupa. Tanto es así que, a día de hoy, y en el marco de toda la
región andaluza, únicamente
contamos con el dudoso bloque de piedra caído,
aparecido en el yacimiento de Piedras Blancas I (Antequera, Málaga), los
menhires campogribraltareños de Tribucio y de la Vaguada, en Facinas (Tarifa,
Cádiz) o el de la Pasada del Abad (Rosal de la Frontera, Huelva). No obstante,
en ninguno de estos casos se trata de agrupaciones del tamaño y/o número del
documentado en la Loma del Cerrajón, que si se confirmasen como mehires los
ortostatos volcados en las inmediaciones de los que permanecen izados, el
complejo megalítico sería de gran espectacularidad.
Respecto a este singular
yacimiento prehistórico de la Loma del Cerrajón, la excepcionalidad y
relevancia que adquiriría de confirmarse la adscripción cronológica que
proponemos (lo cual lo convertiría en un referente de la investigación
prehistórica peninsular y en un yacimiento arqueológico de primer orden a nivel
andaluz), obligaría a su completa investigación, con el objeto de
caracterizarlo cultural y cronológicamente. Sobre todo, porque son estructuras
emergentes, que ya han sufrido algún ataque vandálico (y que ya fuese
denunciado por la Asociación Ecologista Buxus allá por 2003, sin contestación, ni
de la Delegación de Cultura de Granada ni del Ayuntamiento de Molvízar, al
respecto), y porque estando expuestas a las inclemencias del tiempo ya han
sufrido serios desperfectos, como roturas y desprendimientos de parte de
algunos monolitos, que lo sitúan en un alto riesgo de completa destrucción si
no se toman urgentes medidas preventivas.
Por todo ello, se propuso a la
Administración competente en materia de patrimonio la limpieza de su entorno y
la realización de varios sondeos arqueológicos de grandes dimensiones, toda vez
que la zona ocupada por las estructuras prehistóricas es muy amplia y que la
potencia estratigráfica conservada en la ladera es muy escasa, así como un
meticuloso análisis de las megalitos, por si existiesen evidencias de grabados
u otros tratamientos decorativos en los mismos. Desgraciadamente, la respuesta de dicha Administración
fue la habitual............ Silencio .....…...
Y así las cosas, este
yacimiento excepcional continúa al albur del paso del tiempo y las actuaciones
incívicas de algún que otro alegre excursionista. De hecho, como tantos otros
yacimientos y monumentos de nuestro rico patrimonio histórico y arqueológico.
Julio Miguel Román Punzón.
(Extraído del artículo Julio M. Román Punzón; Francisca Cardona López;
Inmaculada Rodríguez García; Reyes Ávila Morales y Mª Isabel Mancilla Cabello,
“Intervención arqueológica preventiva mediante prospección arqueológica
superficial extensiva para el proyecto “Los Palmares Tropical Resort”, en los
términos municipales de Salobreña y Molvízar (Granada)”. Anuario Arqueológico de Andalucía 2010. En prensa).
Le felicito, excelente artículo!
ResponderEliminarMe parece bochornoso, aunque no sorprendente, en este país de discapacitados culturales que se llenan la boca con el desarrollismo, el turismo rural, el amor a la patria y demás sandeces y QUE NO HAN HECHO NADA por preservar el patrimonio, ya que ellos no se encargan de darlo a conocer ( las áreas de " cultura" de ayuntamientos, diputaciones, juntas, estados).
Gracias a artículos como este podré encontrar por fin los menhires del Cerrajón para dibujarlos y fotografiarlos;en mi blog nosinlineas,blogspot.com realicé una serie sobre Molvízar y su Sierra, espero poder encontrarlos este verano para poder dibujar en verdad un hallazgo tan sorprendente.
Y que vergüenza que haya gente cobrando del DINERO DE TODOS y que su trabajo lo tengan que hacer otros!
Gracias de nuevo!
Ah, por cierto, excelente escoger una de las dos acuarelas que Delacroix realizó con el paisaje del bajo Guadalfeo en su viaje a Tánger! Se percibe claramente el Puntalón Puntero, Sierra Lújar, Sierra Nevada al fondo, y Salobreña, claro!
ResponderEliminarGracias, Jose Antonio!! El Patrimonio no sólo hay que conocerli, hay que conservarlo, mantenerlo, divulgarlo, disfrutarlo y, sobretodo, respetarlo!! Te animamos a que colabores con tus aportaciones, no sólo con comentarios y opiniones, sino también con colaboraciones en el blog!! Un saludo!!
EliminarGracias al Sr. Alonso por la parte que me toca... un placer!
ResponderEliminarGracias por el artículo.
ResponderEliminarHe estado allí, es impresionante. Creo que se componen por tres líneas, una circular (la correspondiente al artículo) con dos menhires alineados a uno de los picos de la sierra y marcando el Norte. Otra línea más exterior con rocas más pequeñas (apenas 50 cm) formando un arco de circunferencia en el sector sur (no he podido ver si formaban un círculo completo). La tercera línea es otra vez de rocas más grandes. Ésta última parece ser un circulo completo, aunque no he podido ver dos o tres piedras con las que se cerraría la circunferencia (por el lado oeste).
Un saludo.