Nos iniciamos en esta andadura
sin saber muy bien por dónde va a salir el tiro, aunque con la ilusión y la
esperanza de pensar que estamos aportando un granito de arena a la causa de
poder contribuir a difundir y dar a conocer el rico patrimonio histórico y
cultural de una región, el bajo Guadalfeo, que, por sus particulares condiciones
geofísicas y climáticas, ha sido (y todavía hoy es) foco de atención y
atracción para las diferentes culturas y comunidades que, a lo largo de los
siglos (ya desde época prehistórica), decidieron establecerse en esta
privilegiada porción de la actual costa granadina.
Mapa del delta del Guadalfeo (año de 1722).
Una vez superado (o eso
esperamos) el devastador periodo en el que la implantación de los cultivos
tropicales y el desarrollo del turismo de masas (el tan nostrado turismo de Sol
y Playa) en la región propició la destrucción y desaparición de no pocos
yacimientos de la zona, es el momento de que, tanto la población como las propias
autoridades competentes, se sensibilicen y tomen conciencia de su propio
Patrimonio, o de lo que queda de él. Es hora de que se haga entender que esos
muros derruidos, esos edificios destartalados, esos "pipotes y
botijos" que se diseminan por diversos puntos de esta geografía, esas
plantas y fauna, ese paisaje y biodiversidad, constituyen (o deberían de
constituir) y han contribuido a forjar nuestra identidad como personas y
nuestra manera de ser, estar, comprender y de relacionarnos con el mundo que
nos rodea.
Estamos ante una región que ha
tenido un destacado papel y relevancia en los diferentes periodos históricos,
siendo escenario de hechos, procesos y acontecimientos de peso; además de cuna y
asilo de comunidades y personajes de renombre en diversos ámbitos, como la cultura, la política o la religión.
Históricamente, esta zona,
correspondiente al último tramo del curso del Guadalfeo, se ha articulado de
manera bastante compacta y homogénea, aunque siempre dentro de la órbita de
preponderancia de Almuñécar. Se articula en torno al propio río, el mar, las
diversas sierras que la circundan y la vega que, a lo largo del tiempo, se ha
ido formando con las deposiciones aluviales. A ello, añadir aquellas zonas que,
en cierto modo, se le adscribían (Las Guájaras y los Llanos de
Carchuna-Calahonda). En base a este criterio, pues, acotamos un territorio comprendido
entre Vélez-Benaudalla y las Guájaras (por el norte), Salobreña (por el oeste)
y Carchuna-Calahonda (por el este), englobando en su interior las localidades
de Molvízar, Lobres y Motril.
Mediante esta plataforma, bien
que de manera modesta, aunque constante y pertinaz, intentaremos poner de
relieve y dar a conocer el rico patrimonio de esta región. Pero no sólo aquél
patrimonio de carácter histórico, natural y monumental. También el panorama
cultural actual: un panorama artístico-literario formado tanto por autores y
artistas locales como foráneos, en el campo de la literatura, la fotografía, la
pintura, la música, las artes escénicas, la educación, la divulgación, etc., tan plausible a través de los
múltiples festivales, actos y jornadas veraniegas que las diferentes
localidades organizan y promueven.
Para ello, pues, presentamos
esta plataforma en la que tendrán cabida todas las aportaciones en este
sentido, intentando configurar un repertorio de "colaboradores", por
así decirlo, con inquietudes y formación diversa (arqueólogos, geólogos,
biólogos, educadores, fotógrafos, literatos, músicos, periodistas...), los cuales ofrecerán
y expondrán artículos, reseñas, valoraciones, eventos culturales, etc. Todo ello siempre
de manera divulgativa y con el rigor exigible a la hora de presentar
informaciones y conocimientos veraces y respetuosos, que pongan de relieve
todos aquellos aspectos y elementos citados anteriormente y que conforman el
Patrimonio Histórico y Cultural de esta región del bajo Guadalfeo, como signos
identitarios que son, susceptibles, además, de generar riqueza y desarrollo
local (cultural y, ¿por qué no?, económico y social), siempre que sean bien llevados
y gestionados. Y para ello, como se ha dicho anteriormente, es necesaria la concienciación e implicación tanto de
la sociedad como de las autoridades correspondientes (Ayuntamientos,
Diputación, Delegación). ¿Utopía?........¡¡¡Habrá que intentarlo!!!